sábado, 8 de septiembre de 2012

Game Over...

Bueno, pues irremediablemente ha llegado el día. En menos de 24 horas habremos dejado este país, pero no para siempre, de eso estamos seguros.

No hay mucho que contar del día de hoy ya que ha sido una jornada de relax y compras...muchas compras, dejando la cámara de fotos descansando en el hotel.

Comenzamos el día dirigiéndonos a la estación de Ochanomizu para coger el tren que nos llevaría a Takaido. Este sitio, a priori, no parece tener nada de especial...hasta que caminas y callejeas un poco para descubrir un pequeño establecimiento muy especial, la Pastelería Shiro-Hige. Y ¿qué puede tener de especial una pastelería? Pues que se trata de una pastelería oficial del Estudio Ghibli, con un montón de galletas con formas de bellota, hoja, champiñon...todo con el espíritu de la famosa compañía. La estrella del lugar es un pastel con forma de Totoro que podéis ver en la foto. Su venta diaria es bastante limitada, de hecho, solo pudiéron vendernos uno, además de que hay que comérselos durante ese mismo día. Estaba hecho como de bizcocho crujiente y relleno de una especie de mousse de chocolate, aunque se puede elegir otro relleno como el de crema de melocotón, por ejemplo.

Dimos buena cuenta del pastel y de unas cuantas galletitas y nos fuimos directos a nuestro sitio favorito de Tokio, Akihabara. Allí, nos fuimos a comer al Gundam Café y el resto de la tarde consistió en gastar dinero, básicamente XD. Nos compramos bastantes cosillas mientras nos íbamos fijando en cada detalle para tener el mejor y más claro recuerdo de esta zona.

Bueno, nos queda una ardua tarea por delante, intentando meterlo todo en las maletas, así que por nuestra parte nada más.

Muchísimas gracias a todos, amigos, familia y espontáneos por seguirnos cada día y acompañarnos en esta aventura, para nosotros inolvidable, aunque esperamos que repetible en los próximos años.

Un abrazo y nos vemos en Asturias!

viernes, 7 de septiembre de 2012

Hoy sí...Gundam!

Hoy no quisimos perdernos el desayuno del hotel, así que madrugamos un pelín más. Además queríamos empezar bien temprano el día para aprovecharlo al máximo...dios, no me puedo creer que sea nuestro penúltimo día en Japón.

Tras desayunar nos dirigimos hacia la estación de Okachimachi, desde donde cogemos casi todos los trenes y partimos hacia Shimbashi como ayer. Pero esta vez hicimos un transbordo distinto, porque nos fuimos a Kamakura, nuestra última visita en lo que a templos se refiere.

Desde Kamakura tomamos otro tren local que nos llevaría hasta Hase, nuestro destino. En Hase vimos dos cosas, la más importante para nosotros fue el Daibutsu o Gran Buda. Una figura realizada en bronce con un tamaño de 11,4 metros que no deja a nadie indiferente en cuanto la ves cara a cara. Pudimos incluso, pagando un suplemento, entrar dentro de la escultura, donde se podían apreciar las distintas capas de bronce con sus remaches e imaginarte de algún modo la manera en la que la construyeron. Lo peor de estar en la barriga del Daibutsu es que hacía incluso más calor que afuera. El Gran Buda es el gran protagonista de la zona, el objetivo de todas la cámaras de fotos e incluso de los lápices de algún atrevido pintor bajo el Sol abrasador.

Deshicimos parte del camino para, en una calle cerca de la estación, desviarnos hacia el templo Hase-Dera. De este templo, lo más llamativo quizás, es la figura de Buda del edificio principal y las pequeñas estatuillas colocadas en las inmediaciones junto a diversos altares. Aún así, dedicamos mucho más tiempo a los estanques cerca de la entrada del templo, sus flores e insectos. Podéis ver en alguna foto, la calidad y el enfoque del accesorio que compramos ayer para el iPhone, con unas imágenes hechas por Aida a unas bonitas plantas.

El templo, el Daibutsu y Hase nos despidieron y a eso de las 12:30 cogimos nuestro tren de regreso a Kamakura, donde a su vez tomamos otro hacia Shimbashi, para volver a montarnos en el Yurikamone que nos llevaría de nuevo a la isla de Odaiba. Pero ya que estábamos en Shimbashi hicimos una paradita muy especial y así de paso parábamos a comer.

Esa parada no fue otra que la visita al enorme reloj diseñado por Hayao Miyazaki, del famoso y brillante Estudio Ghibli. Este precioso reloj, que recuerda bastante al Castillo Ambulante en diseño, está situado justo en la entrada del edificio de la Nippon Televisión y cuenta con una especie de mini espectáculo, por llamarlo de alguna manera, a determinadas horas. Como terminamos de comer sobre las tres menos diez, nos dio tiempo de sobra a presenciar el de las tres en punto. Solamente decir que es mágico, sin más, la música, los sonidos, los engranajes moviéndose, manos mecánicas que suben y bajan, puertas que se abren...Un pequeño momento de Ghibli en estado puro.

Ahora sí, nos dirigimos una vez más a la isla de Odaiba, esta vez en primera fila a bordo del Yurikamone. Y decir primera fila es...primera fila, ya que es un tren automático, sin conductor, en el que tienes visión completa de las vías en plan montaña rusa :). Llegamos a Odaiba, concretamente a la estación Daiba, una más adelante que la de ayer y lo primero que hicimos fue visitar la Estatua de la Libertad. No me estoy volviendo loco, es que existe una réplica de la famosa estatua de Nueva York en esta isla, aunque a una escala bastante más pequeña. Fotos y más fotos y p'alante a por el principal objetivo de la tarde, el Gundam.

Cuando le empezamos a ver según nos íbamos acercando, ya estábamos flipando, pero es que cuando lo miras de cerca, es un "guaaaaaaaaauuu" constante. Tiene tantísimos detalles que parece que de un momento a otro va a despegarse del suelo y comenzar a caminar. De hecho, un poco más tarde, tuvo lugar un pequeño espectáculo de luz y sonido en el que el Gundam empezó a mover la cabeza y a echar humo, una pasada.

El resto de la tarde la pasamos prácticamente en Diver City, el centro comercial y de ocio que se encuentra justo detrás del mencionado robot y donde pudimos ver una exposición de Gundam sencillamente impresionante, nunca había visto tantas figuras juntas ni en Akihabara! También pasamos bastante rato en un salón arcade jugando a varios juegos, incluido el Mario Kart arcade en multijugador, un simulador de batería bastante guapo, un juego de disparos manejando dos pistolas a la vez imposible de controlar...de todo un poco.

Aida descubrió su Meca en lo que a ropa se refiere, con una tienda de ropa en la que de haber podido, se lo hubiese comprado todo XD. Lo mejor de la tienda fue la atención, es que no os podéis hacer una idea de lo bien que tratan a los clientes y lo cómodo que te hacen sentir en todo momento. Solo podemos decir cosas buenas de los japoneses, son una maravilla de personas y supongo que haya excepciones como en todos los sitios, pero nosotros, en todos estos días no hemos visto ni un atisbo de mala educación o desprecio.

Terminamos la jornada cenando en un restaurante de sushi similar al del día de la excursión del Fuji u salimos encantados, además a un precio muy bueno...menos la cerveza, que en Japón se paga a precio de oro, costando una jarra no menos de 5 o 6 euros...ahí es na.

Bueno chicos, esto ya no tiene solución y como todo lo que empieza, también tiene que terminar. Mañana nos queda otro día de disfrutar a tope...sobre todo gastándonos los últimos dineros paaayo XD

Saludos!!

jueves, 6 de septiembre de 2012

Japón tecnológico

Esto empieza a terminarse y estamos intentando arañar cada hora del día para que se nos haga lo más largo posible. Hoy comenzamos la jornada repitiendo zona, ya que nos habían quedado cosillas sin ver la primera vez.

Como la hora del desayuno en el hotel ya se nos había pasado, decidimos desayunar de camino a la estación de metro. El olor a comida japonesa ya empezaba a salir de los restaurantes, pero nuestro estómago nos pedía otra cosa, así que en cuanto nos encontramos con un Mister Donut, no dudamos ni un segundo y nos metimos dentro.

Tras un desayuno alto en calorías, continuamos hasta la estación de metro de Suehirocho, para coger el tren hasta Ginza. El primer sitio que nos había faltado visitar era el Edificio Sony, el del acuario en el exterior, que por cierto allí seguía y por lo tanto me volvió a hervir la sangre...pero centrémonos!

El edificio tenía varias plantas y en ellas pudimos ver, tocar y probar todo tipo de productos de imagen y sonido de la marca japonesa, muchos de ellos ni habían salido al mercado. A destacar, unos auriculares que nos quedamos flipando de lo bien que se escuchaban y lo mucho que insonorizaban, cámaras de vídeo 3D, cámaras de fotos im-pre-sio-nan-tes, monitores 3D sin gafas, etc. Mención especial a unas gafas de realidad virtual, que pedes conectar por HDMI a un Blu-Ray, una consola, etc. con soporte para 3D y lógicamente en alta definición. No las hemos probado mucho, pero vamos, jugar a la consola con eso tiene que estar muy, muy bien, eso sí, con la luz apagada para que no entre claridad entre los huecos de las gafas. El precio es de unos 500 y pico euros, algo que me sorprendió porque la verdad me lo imaginaba bastante más caro.

Después de Sony tocaba Apple, así que nos dirigimos al edificio de la marca californiana de la manzanita. En la planta baja pudimos encontrar lo que puede ver cualquiera en la zona de Apple de un Media Markt, ya que esta marca tiene los productos que tiene y que todos conocemos. Esperábamos poder encontrar algo de información sobre iPhone 5 pero nada, hermetismo absoluto. En la segunda planta la cosa cambia, mogollón de accesorios para los diferentes dispositivos de Apple, la mitad ni sabíamos que existían. Nos llamó especialmente la atención un gadget para la cámara del iPhone que se coloca sobre la misma y con el que podemos sacar fotos con el efecto Ojo de Pez e incluso hacer fotos Macro, con una distancia de enfoque mínima. Nos la llevamos :)

La tercera y cuarta planta eran respectivamente una sala de conferencias, en la que ni nos molestamos a entrar, ya que no íbamos a entender ni papa y una especie de Bar-demostración, donde parecía que podías tomarte un café con los empleados mientras te contaban las bondades de sus productos...no sabemos si esto era así, simplemente nos lo pareció.

Apple terminado, así que nos fuimos a comer para después hacer una visita muy especial...fuimos a ver a...Godzilla!! Sabíamos que habían colocado una estatua en su honor por las calles de Ginza así que salimos en su busca para hacerle unas fotos. Es realmente una frikada ver esa estatua ahí, pero realmente es algo que de alguna manera les representa, es como la mascota del país.

Arrivederci Ginza, esperamos volver a verte alguna vez! Cogimos el tren hasta Shimbashi, desde donde podríamos montarnos en el Yurikamone, para llegar finalmente a la Odaiba.

Odaiba es una isla artificial que constituye una importante zona comercial y de ocio en Tokio y a la que se accede a través del puente Rainbow, en coche o bien en el tren Yurikamone antes mencionado. En esta isla se encuentran distintos objetivos turísticos como el edificio de Fuji TV, la réplica de la Estatua de la Libertad, la noria Daikanransha y nuestro objetivo principal: un robot Gundam de la serie anime del mismo nombre, con una altura de 18 metros y que fue construida en 2009 con motivo del 30 aniversario de la serie. Al final dejamos su visita para mañana...pero no os alarméis, ahora me explico.

Nada más posarnos del Yurikamone nos pilló la lluvia, así que corrimos hacia el primer centro comercial que teníamos a mano. Cosas del destino, en él encontramos cositas tan interesantes que nos pasamos la tarde entera allí. La primera de ellas fue el Trick Art Museum, un sitio que desconocíamos su existencia pero en el que nos animamos a entrar con un "¿Por qué no?" y nos lo pasamos genial. Se trata de un museo de ilusiones ópticas donde puedes hacerte fotos muy muy curiosas, os ponemos alguna en la entrada para que las juzguéis...nada es lo que parece! ;)

Seguimos avanzando por el centro comercial mientras fuera llovía a cántaros y nos topamos con una sala recreativa retro O_O....qué pasada! Super Mario Bros, Donkey Kong, Space Invaders, Pac Man, máquinas pinball... Un sitio increíble donde pude echar mi primera partida al Street Fighter, sí, al primero, el que nadie conoce porque todos empezamos jugando al dos XD. También echamos una partida en una máquina de Air Hockey en la que Aida me ganó, como siempre...

Salimos de la sala de juegos y seguimos recorriendo el centro comercial y...oh dios mío, es eso lo que creo que es? Sí! Joypolis! Un parque de atracciones de SEGA!! Había que entrar, era una oportunidad única, no pudimos dejarlo pasar. Decir que este sitio es increíble, nos lo pasamos como los indios.

Empezamos con una montaña rusa mezclada con un juego de disparos, seguida de un Halfpipe interactivo (Una "U" para patinar), proyecciones 3D, UFO catchers donde volvimos a sacar premio, atracciones de realidad virtual, multitud de juegos arcade, de baile, incluso en los baños había un juego interactivo que consistía en una especie de combate y al orinar sobre una diana aumentabas la potencia del ataque...si no lo veo no lo creo XD. En definitiva, un paraíso del disfrute al que no esperábamos ir y al que sin duda repetiríamos visita sin pensárnoslo dos veces.

Para cuando salimos de Joypolis ya casi no llovía, pero se nos había hecho tarde y teníamos miedo de perder nuestro último tren, así que mañana volveremos a Odaiba en nuestro penúltimo día japonés y esta vez sí, os prometemos Gundam!!

Un abrazo!!