miércoles, 5 de septiembre de 2012

Bosque y montaña. Vida y muerte.

Hoy ha tocado madrugón de los buenos, de esos de levantarte a las cinco y media de la mañana, habiéndote acostado a la una.

Tras hacer el checkout en la recepción, nos fuimos a hacer una compra express al Lawson que teníamos al lado del hotel. Lawson es otra cadena de supermercados como el Family Mart que ya hemos mencionado alguna vez. Nos quedaban menos de 10 minutos para montarnos en el tren, así que metimos una marcha más y conseguimos llegar a tiempo. No hace falta decir que la puntualidad de los transportes en Japón es exacta, no hay demoras, si llegas medio minuto tarde, has perdido el tren.

Nos montamos en el Shinkansen que partía a las 6:42 hacia Shizuoka, para una vez allí hacer un transbordo a otro tren bala que nos llevaría finalmente a Fuji. El viaje lo pasamos durmiendo prácticamente en su totalidad, lo justo para despertarnos y ver al gran Monte Fuji desde la ventanilla unos minutos antes de llegar a la estación.

Allí nos estaba esperando Augusto, de Fujitours, nuestro guía para la excursión del día de hoy. No le fue difícil reconocer nuestros caucásicos rostros entre la multitud nipona y en menos que canta un gallo, ya estábamos en su coche listos para iniciar la excursión. Augusto es peruano y lleva 25 años viviendo aquí, por lo que su japonés es perfecto y le convierte en la elección ideal para cualquier hispanohablante que quiera realizar este tour.

Hicimos nuestra primera parada en Fujinomiya para visitar el templo Sengen Taisha construido para apaciguar al Fujisan durante una época de gran actividad volcánica. También pudimos probar el agua del estanque Wakutama Ike (Foto del puente rojo), desde el que brotan unas 200.000 toneladas cada día.

Continuamos el viaje hasta el siguiente punto de interés, las Cataratas de Shiraito, unas 100.000 toneladas de agua diarias que se filtran por las capas de lava subterráneas y salen a la superficie en una preciosa caída. Fue una lástima que la zona estuviese en obras, pero aún así pudimos admirar toda su belleza desde distintos puntos.

De nuevo al coche y proseguimos la marcha, atentos a las interesantes explicaciones de Augusto. Ahora les tocaba el turno a dos de los lagos del Fuji, el Motosuko y el Shojiko. Dos preciosos e hipnóticos lagos en los que no se respiraba otra cosa que una inmensa paz y desde los que pudimos intuir la silueta del Monte Fuji,que en ese momento se ocultaba tímido tras las bajas nubes. Nos hizo especial gracia la manera de pescar que tienen los japoneses, con las barcas en hilera, a casi la misma distancia entre unas y otras y unidas por una especie de cuerda, todo para no molestarse a la hora de echar el sedal.

Seguimos sumando kilómetros, esta vez para llegar a las cavernas de hielo de Narasawa, unas cuevas originadas por bolsas de gas atrapadas en la lava durante una erupción ocurrida hace miles de años. Pasamos de los 30 grados de temperatura a los 0º en pocos minutos de descenso por unas escaleras, bien agachados, mientras intentábamos no dejarnos la cornamenta en la dura roca. La recompensa fue espectacular, auténticas estalagmitas naturales de hielo que se mantienen intactas incluso en verano y que parecen brillar con luz propia. Sin duda alguna, una delicia para la vista.

Salimos de la cueva buscando el calor que más tarde odiaríamos y tras pasar por la tienda de souvenirs e ir al baño, nos pusimos en marcha de nuevo. Y hablando de baños, antes de seguir, haré un inciso sobre algo que nunca me acuerdo de comentar y es una cosa que prácticamente sufrimos desde el primer día: los lavabos japoneses.

Y es que temblamos cada vez que necesitamos utilizar uno, por miedo a que sea solamente de estilo japonés. Ya sé que lo que todos conocemos desde fuera son los super inodoros con botones, música y chorritos, que seguramente sea lo que tienen todos en sus casas, pero los baños públicos son muy diferentes. Y ¿qué es el Japanese Style? Pues lo que viene siendo el tema de que no hay taza, osea, el "salpica talones", el "a pulso"...o lo que nosotros llamamos el "Cagoncesto" XD. Perdonad por un inciso tan escatológico, pero no podía dejar pasar esta información, aunque sea a modo de curiosidad.

La siguiente parada del viaje fue quizás la más sobrecogedora de todas y es que nos adentramos en el bosque de Aokigahara. Se trata de un bosque de unas 3000 hectáreas, asentado sobre una capa de lava solidificada, proveniente de una erupción del Monte Fuji y es también conocido como el Bosque de los Suicidas. Así es, aterrador, pero real como la vida misma, fuera de cualquier mito o leyenda. Este bosque es el elegido por la mayoría para cometer un suicidio, normalmente por ahorcamiento, intoxicación a base de pastillas o simplemente inanición. Y la razón es todavía más triste, vienen aquí a morirse para no molestar a su familia. Daos cuenta que si una persona se suicida, por ejemplo, arrojándose a las vías del tren, su familia deberá correr con los gastos de todos los desperfectos y daños ocasionados.

Podría explayarme muchísimo contando cosas sobre este lugar, pero al final esto parecería Cuarto Milenio y no es plan, así que simplemente contar nuestra experiencia. Nada más llegar a la entrada del sendero principal del bosque, llama la atención un cordón policial que impide el paso hacia un paso secundario...probablemente donde se han encontrado bastantes cadáveres. También hay un cartel que dice: "Tu vida es valiosa y te ha sido otorgada por tus padres. Por favor, piensa en ellos, en tus hermanos e hijos. No te lo quedes dentro, habla de tus problemas". Tras leernos el cartel, Augusto nos dejó en el sendero para que lo recorriésemos solos mientras él nos iba a esperar con el coche al otro lado. La experiencia tuvo dos caras, la gran belleza del bosque en sí y la triste y abrumadora historia que le acompaña. En algún momento nos cruzamos con alguna persona que estaba visitando el bosque, pero casi todo el tiempo estuvimos a solas. El momento más angustioso fue cuando encontramos una camisa tirada fuera del sendero, tenía pinta de llevar varios días ahí, probablemente alguien se la quitase y la olvidase, seguramente a alguien se le cayese de la mochila...aunque también podría ser una cosa bien diferente, pero eso no lo sabe nadie más que el bosque. Curiosa también la ausencia de las cigarras, quizá no les guste este sitio por alguna razón...

Tras el impactante paseo de media hora por el bosque, nos fuimos a visitar una aldea tradicional que antaño fue destruida por un corrimiento de tierra durante una tormenta y hace 6 años fue reconstruida de nuevo, manteniendo su estructura y materiales originales. La verdad que tenía su encanto el lugar, incluso pudimos entrar en una de las casas, donde una señora nos invitó a tomar un té de cebada y unos pepinillos típicos.

Llegó la hora de comer y lo hicimos en un restaurante japonés (me lo dices o me lo cuentas?) en el que podías hacer tu pedido en cualquier momento desde una pantalla táctil ubicada en la propia mesa. Lo mejor de todo era ver cómo llegaban los pedidos por la cinta transportadora, con una musiquilla y a bordo de un Shinkansen XD, genial!!! Estaba todo riquísimo, probamos distintos tipos de sushi, takoyakis, pollo frito con limón...

Se me está haciendo tarde y creo no tengo tiempo para contar con detalle todo lo sucedido este día. Así que en resumen, el resto consistió básicamente en intentar ver al gran Fuji desde alguno de sus lagos y aunque las nubes predecían lo contrario...lo conseguimos!!!

Terminar agradeciendo a Augusto la maravillosa excursión que nos ha brindado y que sin duda repetiríamos, si volviésemos alguna vez.

Mañana...Gundam!!!

Un saludo!


6 comentarios:

  1. madre mia que pasada precioso me ha gustado mucho y estais muy guapossss besitossss

    ResponderEliminar
  2. Un relato precioso,y a todo esto ,¿que hacen uno del Oviedo y otro del Sporting por Japón? jeje pasarselo bomba,un besito

    ResponderEliminar
  3. Finalmente, ahí esta; no tenía ni idea que había tanto y tan especial para ver alrededor del Fuji-san.
    Hago mención especial a las fotos, que cada vez me gustan más. Tras leer la entrada la de la camisa en el bosque transmite mucho, y la de la caverna de hielo es simplemente preciosa!
    Un abrazo, chicos y a disfrutar la vuelta a Tokyo. ;-)

    ResponderEliminar
  4. Paisaje precioso, la gruta seguro que genial y el bosque...ufff...da un poco de miedito...jejejej la foto de la camisa genial para la cartelera de una peli de miedo....XD

    ResponderEliminar
  5. Un día precioso, ese bosque siempre ha sido algo que me ha llamado la atención, refleja una parte de la sociedad Japonesa que no es tan conocida o que la gente no quiere ver

    El fuji tuvo que ser una pasada y ademas con guia español!!!

    ResponderEliminar
  6. Que pasada! Ya no tengo palabras para describir lo que me haceis sentir todos los dias con estas maravillosas historias, cada dia supera al anterior. Esta entrada junto con la de Hiroshima me han puesto los pelos de punta. Aqui ya se os echa mucho de menos, pero tambien me da pena que este viaje se acabe :-( Asi que a seguir disfrutando como hasta ahora de ese maravilloso pais. Besitos chicos

    ResponderEliminar